viernes, 20 de marzo de 2015

Otra vuelta... y otra generación

Pues mira, ¡han pasado ya dos años desde que arrancó el blog! Si durante el primer año de marcha fueron 37 entradas, este segundo año la cosa se ha quedado en 24. Es evidente que no me prodigo mucho últimamente -por motivos varios- pero espero poder asomarme más a menudo en breve y lanzar al aire mis fricadas con más frecuencia... por ganas de salir al campo y de contar cosas no será.
Camino ya de 25 miles de visitas, no tengo otra que agradecer otras tantas 25000 veces a los que pasáis por aquí. Como era de esperar, los visitantes de España suponen aplastante mayoría, pero sigue habiendo gran número de visitas de USA, Perú, Rusia, Francia, Alemania, Portugal, UK, Argentina... y merece mención aparte China !? porque se ha colado en el ranking en 3er lugar (sin contar a España) por delante de cualquier país europeo (!!!). 
Pero bueno, al contrario que Umbral, hoy no he venido a hablar de mi blog... prosigamos.


Decía que no me prodigo mucho y es que literalmente no tengo una hora junta libre para mí solo. El año pasado ya puse de pasada un pequeño párrafo sobre las cajas nido, pero me dejé en el tintero alguna entrada más centrada en el tema. Y es que hace ya bastantes años empecé a instalar alguna que otra caja en las cuales conseguí que anidaran páridos, gorriones, estorninos e incluso algún mochuelo. Tuve un cambio de aires y aquello se quedó abandonado, pero ya hace unas cuantas primaveras retomé el tema y voy instalando en mi zona de acción más cómoda (zona de la charca) mis cajitas, aumentando el número poco a poco. Un pequeño granito de arena, insignificante en cantidad y calidad comparado a lo que otros gigantes hacen por esos mundos y mucho peor comparado a lo que de verdad hace falta, pero rascando el suelo se empezó la catedral de Burgos. Si alguien quiere ponerse manos a la obra, me considero aprendiz de aprendices, pero google es tu amigo. Eso sí, no puedo dejar de recomendar el blog del campero inquieto, buscad allí las etiquetas sobre cajas nido y veréis lo que es un maestro. Pero no dejéis de visitar el resto de entradas, lo dicho: un monstruo, alguien a quien me gustaría conocer en persona.

El caso es que este año no encontraba el momento para limpiar y mantener las cajas y añadir otro par que tenía guardadas desde el otoño pasado y ahí apareció el séptimo de caballería: mi hija, de 11 años y sinceramente bastante impermeable al tema de la naturaleza (snif) ayudada por su abuelo materno (mi padre sí es 400% impermeable a este tema, puro vinilo) salieron al encuentro de la faena y solucionaron el asunto con increíble solvencia. No tengo aquí el listado, pero de memoria son 15 cajas. A ver si cuando entren los pajarillos le pica el gusanillo a la chiquilla y se me aficiona, que no encuentro la manera (y lo último que haré será presionarla o incluso dirigirla minimamente; si quiere, ya se vendrá al lado oscu luminoso). Pienso que estas cosillas son las que crean afición entre los legos y potencia una nueva generación, no solamente de aves, sino sobretodo de naturalistas o como mínimo gente sensible al tema. O al menos eso espero.
Mochuelete inspeccionando un adosado
Se supone que esta caja le queda grande, pero los gorriones se meten donde sea.
Claro, que así caben más elementos acolchantes...  confort pajaril.

¡Saludetes, y espero saludaros de nuevo de aquí a un año!

miércoles, 4 de marzo de 2015

Otro raro: llegar y besar el santo

Gavión cabecinegro (I. ichthyaetus) Pallas's Gull
Gavión cabecinegro (I. ichthyaetus) Pallas's Gull
Ya se cumple casi un mes desde que un gavión cabecinegro (I. ichthyaetus) anda por la Albufera, pero hasta ahora no he tenido ni media hora para acercarme a echarle el ojo. Esta mañana andaba cerca de los dominios de Pedro Marín, amigo, compañero y coordinador del grupo de anillamiento al que pertenezco, GOTUR y en un arrebato me he acercado para tomar un café y charlar unos minutos. Al decirme que tenía localizado al gavión a tiro de piedra de allí, "no he tenido más remedio" que subirme a su coche y acompañarlo... Efectívamente a 5 minutos o quizás menos, estábamos ya en la zona del Saladar de Silla; para el coche, me pasa sus prismáticos, su telescopio, me indica la posición y allí continuaba el bicho. Lo que se dice llegar y besar el santo. ¡gracias, Pedro!. Descansando y arreglándose el plumaje entre decenas de sombrías, reidoras y un buen puñado de Audouin; cientos y cientos de flamencos, un pequeño grupo de zarapitos, lavanderas, bisbitas.... pero los ojos se centraban en él, en la vedette, un bonito ejemplar de 2º invierno. Si no me fallan las fuentes, a excepción de un avistamiento NO homologado de los años 90, sería la 2ª cita para España. La primera fue también en la Albufera de un individuo de 1er año el año pasado, por lo que es posible e incluso probable que sea el mismo individuo repitiendo invernada. Y allí estaba también, unos metros más adelantado y telescopio en ristre, Toni Alcocer, el primero en citar aquel gavión del año pasado. 

Gavión cabecinegro (I. ichthyaetus) Pallas's Gull

Una gaviota grande que empequeñece a las sombrías que sesteaban a su lado. Manto claro, pico largo y recto y una insinuación del capuchón negro y anillo ocular blanco que adorna a los adultos en verano. La cámara de paseo, luz dura pero ambiente húmedo y distancia algo larga no eran las mejores condiciones para afotar, pero ya dije que si lo veía, traería foto y lo prometido es deuda. Y desde luego la experiencia a través del telescopio se queda registrada para siempre en la memoria. Ya "solo" queda el reto de verlo en plumaje reproductor, debe ser una pasada semejante verraco con su capuchón negro y el ojo enmarcado en blanco... en fin. 

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia) White storkDe bonus, como postre al volver, una cigüeña. Que después de ver al gavión como que parece poca cosa, pero por la Albufera es un visitante escaso, de los de apuntar en el cuaderno de campo. Por los aires, bien altos y remontando aupados a las térmicas, tres o cuatro aguiluchos. Mosquiteros, más bisbitas, algún pechiazul, lavanderas blancas, pinzones en los campos ya empezando a secarse, cernícalo sesteando... Una salida extracortita, creo yo que unos 30 minutos, pero de las que se recuerdan, para ir refrescando la afición.



En resumen, otra especie inesperada para mí por muy fácil que aparentara ser (lleva tres semanas por aquí, localizada casi a diario). Sin salir prácticamente al campo, mis esperanzas de ver al gavión se reducían ya a esperar el año que viene a ver si repite visita, pero al final ha habido suerte, con vehículo, chófer y óptica prestados; solo ha faltado que me pusieran unos canapés y una botellita de cava :) 
¡saludos! 
Con otra luz y distancia, la cosa hubiera salido algo mejor... no se puede tener todo.