domingo, 28 de diciembre de 2014

¿Otro raro?

Si hace dos semanas decía que en absoluto esperaba ver ya ninguna rareza de las gordas en los últimos coletazos del año, imaginad ahora, a media semana de 2015. Pues bien, esta mañana (del sábado) me he escapado un rato a mis marjales nada más salir el sol, antes de que la marabunta del finde invada el lugar y ver lo que el invierno va trayendo por aquí. Ya aparcando en la zona urbanizada he podido ver un bando de flamencos y me he alegrado. No es una especie que me atraigan especialmente más que otras, pero es uno de las pocos ganchos con los que conseguir que se venga la familia a pasear-pajarear conmigo, así que me alegra saber que andan flamencos por la zona por si puedo hacer una escapadita in family. Enseguida, nada más acercarme a una de las lagunas, he distinguido también unas espátulas ¡bien, éstas vienen mucho menos a menudo y en menor número que los flamencos!.
Telescopio en ristre y a la búsqueda de anillas de lectura tanto en espátulas como flamencos, ha pasado por el ocular un difuminado fantasma rosa que ha desaparecido al instante entre las cañas. Ya creía tener claro lo que había visto, pero he pasado unos minutos bastante nervioso esperando que el espectro saliese de entre las cañas y se manifestase, pegado un ojo al ocular, el otro abierto para controlar el campo y el móvil preparado para pegarlo al telescopio y ejecutar -en su más violenta acepción- alguna foto. Cuando ha salido, he podido confirmar mi primera impresión pero igualmente he quedado ojiplático.

Se trata de un flamenco rosado (Phoenicopterus ruber) y viendo la foto parece evidente el nombre. También conocido como flamenco del Caribe, ya que aunque habita lugares bastante más allá de este mar, es su principal zona de distribución. Lo cual, unido a su foma de vida convierte en excepcional su visita a este lado del charco. Sin embargo, es relativamente común en zoos y lugares similares, por lo que la primera idea al verlo por estos lares ha de ser la de un escape. Ahora mismo no recuerdo con seguridad si lo hay en el l'Oceanogràfic (de memoria creo que solo hay chilensis), pero por ejemplo en Faunia (Madrid) lo recuerdo perfectamente y en Bioparc (Valencia) juraría que también.
El caso es que estos ejemplares "domésticos" siempre van anillados y son extremadamente confiados, totalmente indiferentes a los humanos que probablemente se le acerquen por centenas o miles a diaro. Pero este ejemplar no lleva anillas de ninguna clase y es muy esquivo, siempre agazapado durante el par de minutos que aguantó hasta que voló a una zona oculta al subir un paseante al mirador (bastante alejado) y no volvió a salir más. Por ello, siendo el escape la primera posibilidad, no se puede descartar un divagante. De todas formas, de una especie tan grande y fácil de controlar será inmediato averiguar si fuera un escape de alguna parte.
Esta es la mejor foto que he podido conseguir, pegando el móvil al ocular del telescopio. De bonus,espátulas al fondo, que no se prodigan demasiado por aquí.


2 comentarios:

  1. Hola François, he estado apunto de ir esta mañana a la marjal del moro, supongo que nos abriamos visto por allí, pero entre que no tenía demasiado tiempo, a mi no me pilla al lado de casa, y que hacía mucho viento, he optado por acercarme a mi comedero y pasar un ratillo.Es posible que pueda escaparme mañana un rato por allí.Una preciosidad ese flamenco sea o no un escape.
    Saludos.

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  2. Hola.
    Una observacion mas que interesante y mañana mismo me acercaria al Moro a ver si lo veia sino fuera porque la fecha me parece de lo mas sospechosa.
    Un saludo.

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