Toda la semana ha sido ventosa y fría, desapacible. El cazador se ha pasado la mañana rebuscando por el prado, luchando contra el viento y a la espera de alguna víctima incauta, pero con aquellos aires no ha habido manera, así que cuando a media tarde las nubes escondieron la única chispa de ánimo que ofrecía el cielo, metió la cabeza entre los hombros y se arrinconó junto a un arbusto a dormitar con un ojo abierto.
Esta tarde he podido observar de buena mano a uno de estos cernícalos "de playa" intentando ganarse una y otra vez su golosina, al final no he podido verlo con claridad, pero creo que se ha llevado su premio. Estaba embobado con la escena, así que no hay foto de lance.
Por último, aprovecho para comentar que me he encontrado con un conocido de total confianza que me ha comentado que esta misma tarde han visto un escribano pigmeo (Emberiza pusilla) en la zona. Aunque la zona donde se movía estaba bastante definida, lo ha perdido y no ha sido capaz de reubicarlo... por supuesto yo tampoco, pero si alguien quiere probar suerte, ya sabe. La ubicación exacta ya ha sido publicada, pero yo no la daré aquí porque siento decirlo pero cuando estuvo el nival aquello parecía un circo; si algún aficionado lo desea, puede ponerse en contacto y le indicaré gustosamente lo que yo sé.
Buenas localizaciones.
ResponderEliminarSaludos.
A ver si fue la presa del cernicalo que no pudiste fotografiar...bueno, de haber sido así, se trataría de una golosinilla jaja.
ResponderEliminarEs cierto, a veces da pampurrias acercarse a ver cualquier cita interesante por que el lugar está petado; has hecho bien con tu decisión. Personalmente con ciertas citas divulgadas, no siempre acudo, recurro a las visitas entre semana y a horas tempranas para evitar aglomeraciones.
Cuando no consigas fotos de los lances, ya sabes, vive redactando la sensación del momento; algunos, todavía disfrutamos las historias de los observadores de naturaleza, no necesitamos fotos que atestigüen ciertas escenas.
Saludos.